jueves, 11 de diciembre de 2008

Vórtice





Con tus venas cargadas de noches, te hallas entre los hombres como un epitafio en medio de un circo. E.M.Cioran.

lunes, 8 de diciembre de 2008

Christmass is coming to town

Aeroporto Internacional La Portela, Lisboa 21:30 PM (GTM). Mi vuelo sale con dos horas y media de retraso. Miro con resignación la gente que va y viene, por los pasillos del check-in.

Aunque estoy cansado de esperar, me decido a dar una vuelta, para observar como cambia el aeropuerto por estas fechas.



mmmm...El espirítu de la Navidad. Esa estética particular, buscando despertar una ilusión especial, la versión pacífica y tolerante, generosa y comprensiva de la gente, en una escenografía cada vez más trabajada, dentro del mismo òrden: Estrellas, cristales de nieve, bolas, árboles piramidales....un aire un poco barroco, aunque los nuevos materiales abren muchas posibilidades.




Usando la estructura del techo, las luces y los espacios del propio diseño del aeropuerto, han intentado sacar el máximo partido, interfiriendo en lo mínimo en el funcionamiento normal de la instalación.

A mi me queda, cámara en mano, recordaros que la Navidad se acerca ya. Luces y colores al servicio de la iconografía de esta celebración.


De esta forma tal vez pueda permitirme convertir una tarde desgraciada en un ejercicio divertido. Compartirlo con vosotros, pasajeros, será todo un placer.





Este pequeño cosmos tiene su encanto, ¿no?


Enjoy, it!

Un hombre sale de viaje, otro es el que regresa




martes, 2 de diciembre de 2008

The first snow

Las primeras nieves, como el primer beso, abren la puerta. La nieve la puerta del invierno, a veces el beso la puerta del infierno.

Las primeras nieves, como el primer beso, abren las puertas del deseo.


Me gustan las primeras nieves. Aunque el frío me cale en los huesos, mi nariz pegada al cristal, ese manto blanco que cubre los detalles de las cosas, ese disfraz que hace que parezcan otras.


Nieve y frío, preludio. Preludio y viento, magia. Piés fríos y crepitar de las llamas en el hogar. Ya llegó el invierno, y mis deberes por hacer.


Where i belongs, there's a place under the white, where the dreams are still not frozen, where's still possible, where the hope's flame is waiting, still burning, still waiting. For me, for my answers, for my dreams. Phantoms dance under the flame light. I'll be there.
Un hombre sale de viaje, otro es le que regresa




martes, 11 de noviembre de 2008

Wien

Aeropuerto Franz Josef Strauss, (VIE), Viena. Mi vuelo de la Sky ha sido puntual. A veces una low cost no tiene nada qu envidiar a una línea de largo recorrido. El aeropuerto sigue en obras, pero a esta hora del atardecer, el ruido ya ha dejado paso a la tranquilidad. Las sombras se alargan y laas luces se van encendiendo, poco a poco, mientras el avión corre por la pista y busca su lugar. Más o menos como yo.




He pasado la noche en un hotel del centro. Solo. Esta costumbre no deja de parecerme molesta, cada vez más. Por la mañana, antes de las ocho, ya he desayunado y me dirijo hasta el centro històrico, mi lugar de reunión hoy. Antes de llegar a la Stephansdome, con su tejado de cerámica esmaltada, cruzo justo por el Rathausspark, (que también está de obras).












Callejeando a pié por el centro histórico, giro a la derecha y paso por delante de uno de mis preferidos : Figlmüller. Como plato estrella presentan el Schnitzel más grande de la ciudad y el aire de un restaurante que se sabe longevo, aunque de eso, hoy día, ya no se come.


Aunque estamos a las puertas del invierno, el buen tiempo me hace creer que más bien estamos finalizando el verano. Incluso algunas se atreven con manga corta por el centro de la Katnerstrasse, la arteria peatonal con más fuerza de toda la capital Austríaca.



Crisis?, What Crisis? rememora este conductor de calesas, fan de los "Supertramp". Parece que, pasado el punto álgido de la temporada turísitca, el trabajo ha menguado. O eso, o es que tal vez imagine un porvenir mejor.
La reunión ha acabado al mediodía. Después de una larga conversación, me tomo un taxi. Ni tiempo para comer. Antes de las 15:00PM ya estoy de regreso en el Wien Flughafen. Necesito hacer unas compras y ya está.
Hacia el final del terminal, los andamios han dejado al descubierto alguna curiosa novedad. ¿No os recuerda una torre de ajedrez?¿ O tal vez la "Torre negra de Isengard"?. Vale, vale, tal vez deba usar las noches para dormir en lugar de imaginar tanto, pero el tema és que no está nada mal, ¿no?. Como cantaba el poeta:" siento el asombro de un transeunte solitario".



Sí, yo también llevo a cuestas mis pájaros de barro, sin planos en los que perderse, sin más brújula que la de tus ojos.
'
Recuerda: Me debes unas Navidades en Viena!. Y tengo intención de cobrarme esa deuda.
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Un hombre sale de viaje, otro es el que regresa.





miércoles, 5 de noviembre de 2008

In the name of the Lord

Hubo un tiempo en que mis gentes no sabían escribir. Por ello, el poder creó un lenguaje de símbolos. Hombres de fe esculpieron la piedra con los símbolos, en el nombre del Señor y para glorificar su nombre.








El poder no ha decaído. Pero en estos tiempos que corren, los hombres aprendieron de Internet, y olvidaron leer los símbolos. Para algunos, tan solo son piedras.







Un hombre sale de viaje, otro es el que regresa.

martes, 4 de noviembre de 2008

The foggy days






El otoño llega por fin, frío, húmedo, brumoso. Con esos días que se acortan, esa melancolía que exuda por todas partes, ese rumor de invierno que se acerca. El valle huele, después de todo, a otoño.


Salí a pasear, con las manos frías pero el corazón abierto, ansioso de oler el otoño, de notar la humedad en los huesos, el frío en las mejillas y sentir el crujir de mi caminar por la gravilla del camino.


El embalse estaba casi lleno, con la superficie ligeramente rizada, prólogo de la lluvia que se avecinaba. Me detuve tan solo unos instantes, para recordar los muchos momentos que aquí he pasado, las piedras que he arrojado, las promesas......todo pasado. Solo este momento, esta visión importa ahora.





Atravieso las poblaciones sin detenerme. Hoy prefiero el paisaje al paisanaje, aunque soy consciente de que quedo en deuda con algunos de los que me reconocen al pasar, y a los que no doy tiempo siquiera de saludarme. Voy remontando el valle, porque por encima de todo deseo esa visión del todo, por encima de las brumas, preso de mi canción.



El viento me acompaña, y empuja suavemente las nubes bajas, preñadas de humedad, promesas de futura fertilidad, sudarios de viejas rencillas, mantas de los anhelos confesados, de las palabras ya rotas. No llegué, no alcancé aquello que había propuesto, pero sigo ahí, empeñado en dejar de parecer, para ser de verdad. Algún día, algún día.

Notas de guerra me acompañan, aunque la guerra quedó atrás. Hoy corro más que ella.



Oh the bravest fell, and the requiem bell rang mournfully and clear
For those who died that Eastertide in the spring time of the year
And the world did gaze, in deep amaze, at those fearless men, but few,
Who bore the fight that freedom’s light might shine through the foggy dew

As back through the glen I rode again and my heart with grief was sore
For I parted then with valiant men whom I never shall see more
But to and fro in my dreams I go and I kneel and pray for you,
For slavery fled, O glorious dead, when you fell in the foggy dew
.









The Foggy Dew (with Sinead O'Connor).mp3


Oh, cayó el más valiente, y la campana tocó réquiem lúgubre y claro
por los que murieron en la Pascua de esta primavera
Y el mundo miró, profundamente sorprendido, a esos hombres audaces, aunque pocos,
que engendraron la lucha para que la luz de la libertad pudiera brillar a través del rocío brumoso

Cuando regresé a través de la cañada otra vez, mi corazón me dolía de pena
al separarme entonces de los hombres valerosos que nunca más volveré a ver
Una y otra vez en mis sueños me arrodillo y rezo por vosotros,
que abandonasteis la esclavitud, oh, muertos gloriosos, cuando caísteis en el rocío brumoso.


En una máñana, casi todo el valle he recorrido. Pocos automóviles en este día gris de difuntos. He ido a ver a mis muertos, para honrar a los vivos, para seguir, un paso más, con la tradición.

No necesito un día especial para acordarme de mi gente, pero ya que decidieron ponerlo, por qué no utilizarlo.

Además, el decorado hoy es perfecto. Esa nostálgia fina que lo cubre todo. Incluso los petirrojos parecen haberse dado cuenta hoy.




Esta es pués, viajeros, el alma de mi tierra, el lugar donde vino mi gente, mi raíz primera. Uno debe honrar sus raíces, aunque se considere viajero y ciudadano del mundo.

Un hombre sale de viaje, otro es el que regresa

domingo, 26 de octubre de 2008

Ardeal



Brasov (RO), 07:45 AM. Un día precioso. Al despertarme, miro por la ventana de mi habitación, situada en la planta nº13. El Central Park tiene un aspecto radiante, generoso de colores, intenso en luminosidad. Verdaderamente una mañana de esas que uno siente placer de levantarse de la cama y exprimir el día.
Después de desayunar, empieza el día. De momento solo tengo prevista una reunión por la mañana, el resto es a partir de las 15:30 PM. O sea, que supongo que tendré un rato para perderme en la ciudadela medieval.


Al salir del Hotel, por la Mureseilor, andando tranquilamente hasta llegar de nuevo a la Plaza del Consejo. Que diferente se ve la Iglesia Negra respecto ayer por la noche. Aunque es mucho más bonita, pierde la magia de la noche. Una furgoneta blanca se ha parado en un extremo de la plaza. Tiene las dos puertas de atrás abiertas de par en par, y dos chicos, alrededor de la veintena, descargan cajas de suministro para la cocina del Cerbul Carpatin, un restaurante típico, con un comedor larguísimo en el interior, y una terraza en la propia plaza. Me tomo un café, y sigo por Republicii, en el sentido inverso al de ayer noche.



Un poco más arriba, junto al quiosco, está la oficina de la "Banca Transilvania". Lleno de tópicos, uno está a punto de entrar a pedir una transfusión, digo una transferencia, aunque me temo que igual tengo que firmar los comprobantes con sangre.
Esto de los tópicos, por aquí no sienta demasiado bien. De hecho, hay un sentimiento contradictorio respecto al personaje creado por Bram Stokker, y toda la saga vampírica que de él se derivó. Por un lado, se percibe como una fuente de ingresos, un atractivo para los turistas. Por el otro, se ve como un desconocimiento total de las tradiciones y leyendas locales, en las que no hay ni rastro de vampiro alguno.





Mientras reflexiono sobre eso, voy deambulando por calles y callejuelas, hasta desembocar delante del mercado central de frutas y verduras, otro ejemplo vivo de cultura popular. Varias paradas de flores me recuerdan que el día de todos los santos está a la vuelta de la esquina.




Después de algún intento infructuoso de conversar con los paradistas, en medio de los comentarios en voz alta del personal, compro finalmente un poco de uva y regreso hasta mi hotel, cruzando de nuevo el Theater market y tomando el lateral de la Eroilor Av.




24 de Octubre. Se acabó lo que se daba. Hoy es día de regreso a Bucuresti. Por la Nacional 1, antes de entrar en Azuga, me detengo en unas paradas de artesanía, al lado de la carretera. ¡Menuda sorpresa!. Aparte de algunos artículos de madera y cerámica, iconos pintados y juegos de ajedrez, hay muchos "gadgets", de plástico, de hojalata...que estan fabricados en......¡China!!!!. Al final, me quedo con dos pequeñas piezas. Estoy un poco decepcionado. En una de las paradas, he descubierto una caja llena de unas curiosas alpargatas de esparto, con forma de pantufa o de zueco, incluso con la punta ligeramente hasta arriba. El problema es que solo alcanza hasta el nº43 (10 en talla US). O sea, que nada, sin alpargatas.




Una vez atravesados los Cárpatos, de nuevo en Prahova, vamos adelantando de vez en cuando, los tradicionales carros tirados por un caballo o mula. En el sur cada vez son más escasos, aunque me han contado que de Mures para el norte, son todavía el vehículo más frecuente en las áreas rurales, incluso más que los rudimentarios camiones.


Buftea es la última parada antes de Bucarest. Es el momento de buscar un restaurante que se vea transitado: da lo mismo Mamaliga, Sarmale, Rata, Piu....la verdad es que tengo hambre, no estoy para muchas exigencias. Además, el cielo se ha ido 0cubriendo y cada vez está más gris. Esta noche podría llover.

Bucarest, por fin. Lástima que esté el día tan gris. Queda una hora y media de luz para dar una vuelta por la ciudad. Quizás tan solo tomar posiciones para la próxima vez.


Ya empezó a llover. Los trolebuses pasan a gran velocidad, algunos hacen saltar chispas en la catenaria. En pocos minutos, han caído un montón delitros de agua. Con las tiendas cerradas, las calles se vacían muy pronto de gente.


Sábado 25 de Octubre. 08:00 AM. Aeropuerto internacional Henri Coanda. Aquí acaba mi viaje relámpago por tierras Rumanas. No será el último. En el próximo, espero descubrir algún rincón más de este prometedor país.






Un hombre sale de viaje, otro es el que regresa

jueves, 23 de octubre de 2008

Sarmale


16:45 PM. Aeropuerto internacional Henri Coanda, Bucuresti -Romania. El Boeing 737 de la Tarom se acaba de posar sobre la desgastada pista después de sobrevolar, a una altura inquietantemente baja, la carretera nacional 1. Quince grados de temperatura, una brisa ligera, el cielo despejado y una piedra en el corazón.





Diez minutos más tarde, después de haber recogido el equipaje y cambiado moneda por Ley Rumanos, me dirijo al hall de los vehículos de alquiler. Una chica rubia, muy joven, me atiende en un inglés fluído, con esa musicalidad especial que les sale a los eslavos hablando inglès.


Sonrío, firmo los documentos, recojo mi llave y, con todo el equipaje, atravieso de nuevo el hall, para, después de bajar en ascensor hasta el piso 0, "Departures", me dirijo al parquing de las compañías de renting.

Inspecciono mi elección, un pequeño utilitario negro, con motor 1,2 litros y cambio manual. Todo correcto. Firmo el albarán, cargo las maletas y pregunto por la dirección adecuada: -"Perfecto, mmmm, sí. Primera rotonda, segunda salida a la derecha, Nacional 1: Ploiesti- Brasov."-



Sin problemas. Los Rumanos practican una conducción un poco agresiva y errática, pero por lo demás no creo que sea peor ni que en Milano, Madrid o Barcelona. La N1 en este tramo es una via de dos carriles para cada sentido de circulación, pero sin separación física (y sin arcenes). Además, atraviesa por el centro de los numerosos pequeños pueblos que, en realidad, han ido saliendo de la nada y formándose a lado y lado de la vía a medida que el número de casas contruídas iba aumentando.





En la provincia de Prahova, el otoño es evidente aunque no se manifieste con la intensidad y la espectacularidad que lo hace en la Transilvania. El paisaje está formado por alternancia de cultivos, la mayoría herbáceos con algunos frutales dispersos. Una ligera neblina asciende desde los campos de tierra oscura recién arados, en una sinfonía de franjas alternadas, desde el verde pálido, pasando por toda la gama de ocres, hasta llegar al marrón oscuro.




Más allá de Ploiesti, ciudad gris y con las calles llenas de baches, la carretera deja atrás la llanura y da paso a la montaña Transilvana. Mi destino, Brasov, está todavía protegido por un paso entre las montañas Bucegi, en pleno corazón de los Cárpatos, ascendiendo por el curso del río, y antes de llegar a él, debo pasar por Sinaia, una ciudad célebre como antiguo destino turístico real y por su monasterio. La verdad es que está oscureciendo, y puesto que no se exactamente a dónde voy, paso de largo casi sin ver nada más que la estación del ferrocarril, una pena no poder pararme, puesto que tenía entendido que valía la pena sentarse un rato en los andenes y sentir el ambiente de esta clásica construcción.



Así que, a toda prisa, dejo atrás Sinaia en dirección a la capital del distrito. La carretera realiza varios giros serpenteantes en un desnivel considerable, antes de encajonarse en el valle.

Casi al final, un accidente bloquea la carretera. ¡Mi gozo en un pozo! no llegaré con luz de día, que mala suerte. Esperando a que lleguen los bomberos y la Policía me entretengo leyendo alguna información: Brasov, como tal, concentra casi la mitad de la población, unos trescientos mil habitantes, siendo una de las ciudades más avanzadas del país. También cuenta con una universidad bastante activa, de forma que concentra una buena dosis del talento juvenil Rumano. Su casco històrico, amurallado, data del siglo XIV y contiene la célebre iglesia de la Vírgen María, más conocida como Biserica Neagra por el color de sus muros tras un incendio en 1689. Por fín, casi media hora más tarde, los bomberos han retirado del medio de la calzada el turismo y el pequeño camión que han colisionado. El camión no parece muy mal, pero el automóvil, un Dacia Logan (como no!) está bastante arrugado.

Llegué ya de noche, sin mapa ni GPS, con la única indicación de que el Hotel estaba junto al "Parque Central" y con la esperanza de que el luminoso se vería a una cierta distancia, crucé decidido por la avenida principal en dirección a Sibiu. ¡Bingo!, al cruzar al lado del parque descubro por encima de las copas: "ARO PALACE". ¡Lo encontré!, giro a la izquierda, rotonda y, ya estoy en frente. Tomo mi tiquet de parquing y cierro el coche.







Un bonito edificio, con un hall ámplio, este hotel. Completo el check-in, descargo mi equipaje y bajo para ir a cenar. El menú (y el aspecto) del restaurant del hotel no me convencen, así que salgo en dirección a la ciudad amurallada, buscando la célebre Piaţa Sfatului (Plaza del Consejo). Allí, haciendo caso de otro blog viajero por estas lides (http://expatriada.blogia.com/2007/121001-fin-de-semana-en-brasov.php ) entro a cenar en el Gustari, en uno de los laterales de la plaza. Es martes, poca gente, una mesa con dos parejas de Rumanos y otra con dos Franceses (o podrían ser Belgas) acompañados por una chica del país. Saludo en Inglés lo más neutro posible y me responden en Italiano. Y en el Idioma de Dante Alighieri continuo el resto de la velada.



Brasov-la-nuit alrededor de medianoche es más bién silencioso. La escasa vida se concentra alrededor de los televisores que dan los resúmenes de los partidos de la Champions League. En el Irish Pub, un grupo de ruidosos aficionados den un poco de nota en el calmado paisaje nocturno. Deambulo por la Republicci hasta dar con el callejón donde está el Uncle Jack, un café en un sótano, las escaleras del cual estan decoradas con un espejo y un retrato de Audrey Hepburn. Con un cierto carisma, me tomo mi última cerveza.





Mañana será otro día. Tal vez el aire Transilvano me levanté el ánimo. Camino del hotel, voy meditando las palabras del filósofo: "Ganar siempre es tentar la otra cara de la suerte". Pero cuando uno está a catorcemil quilómetros de su suerte, poca ganancia le veo al invento.

Hasta la próxima, viajeros!

Un hombre sale de viaje, otro es el que regresa.